Una puesta en escena muy bien lograda

Cuando vemos una obra de teatro por lo general destacamos las actuaciones, la bella escenografía, los vestuarios y la historia que cuenta, pero muchas veces los detalles de los actores no se logran si no existe una buena dirección.

En “La peluquería del crímen” todo estuvo bien logrado, pero vamos a destacar la labor de Solanyi Muriel, la directora general de esta puesta en escena.

Sobresale el rol de Muriel, ya que la obra puede parecer que tiene una historia sencilla, pero el hecho de cada final ser diferente la hace ser una dirección más compleja y los actores ayudan a hacerlo fácil. Albert Mena y Miguel Ángel Rodríguez, en sus primeras actuaciones, vale la pena destacar que parecen de más experiencia, ya que asombran.

Cuando se ve a Rodríguez, la expresión es de “¿quién es este joven que lo hace tan bien? Nunca lo había visto”. Hasta que después me enteré que era su primera vez en las tablas. Él es más conocido por sus creaciones de vestuario (“Da Republik” en America’s Got Talent, “La Familia Addams) de hecho Rodríguez fue el encargado del atuendo de los personajes en la obra.

Otro de los talentos que sorprenden es Joyce Roy, quien por lo general es director (“Disney’s Camp Rock”, “Montesinos”). Él mantuvo su papel magistralmente incluso cuando en el intermedio salió a compartir con el público, manteniendo el personaje en todo momento.

La dupla formada por la Beba Rojas y Lumy Lizardo es excelente. A cada una la hemos visto en roles que destacan, y esta vez asombran desde la entrada con excelentes actuaciones.

Noel Ventura (conocido por sus papeles cómicos como La pasante y Tuto Real) interpreta al policía, y lo hace increíblemente bien. Es difícil imaginar a Ventura en un rol serio, pero está muy bien logrado.

No se vale destacar todos los roles, sin hablar de la producción, en este caso la misma recae sobre José Rafael Reyes y Joyce Roy con la asistencia de Claudia González. Además de la excelente dirección de Muriel, esta contó con la asistencia de Alejandro Espino, quien se mantuvo todo el tiempo de la obra observando el resultado de este bien logrado montaje.