“The place”

“The place” es una cinta ingeniosa, provocativa y desprovista de pruritos. Sale adelante por estar escrita con envidiable creatividad.

Parece salida de una novela de ficción donde todo lo que parece ser no es, y donde se rompen los juegos de posibilidades.

Paolo Genovesse vuelve a sacar adelante una obra gracias a su eficacia como guionista. Las fisuras técnicas, las desigualdades actorales y las imprecisiones de la cámara, impiden que esta obra alcance una categoría perdurable dentro de la historia del más reciente cine italiano. Sin embargo, es una película que hace pensar por la originalidad de su trama, sus parlamentos y la sutileza con que se narran y solucionan los diversos conflictos internos de sus protagonistas.

Paolo Genovesse no solo ha logrado su mejor película, sino que ha escrito una historia donde los fantasmas del alma humana encuentran un pretexto para salir a la luz y crear un mundo de tentaciones.

Es una trama en favor de la resurrección de los sueños aplazados. Malos o buenos.

Oscuros o frágiles. Estos sueños cobran luz gracias a un lugar y a un mismo hombre (siempre sentado en una mesa de un bar) al que acuden los seres cobardes o frustrados para asumir compromisos concretos. De allí salen al mundo con el pecho erguido en busca de contingencias a favor de sus deseos. En el lugar de siempre encuentran a un hombre que puede convertir sus sueños en realidad.

Estamos en presencia de una cinta coral, que enlaza varias historias (o varias tragedias a la vez) que tienen como hilo conductor el deseo insatisfecho o el ansia de cumplir un deseo, sin importar lo que se tenga que entregar a cambio.

Ficha técnica País: Italia. Año: 2016. Duración: 115 minutos. Director: Paolo Genovese. Guion: Paolo Genovese, Isabella Aguilar. Premios David Donatello: 8 nominaciones, incluyendo Mejor director. Reparto: Valerio Mastandrea, Marco Giallini, Alessandro Borghi, Silvio Muccino, Alba Rohrwacher, Vittoria Puccini, Sabrina Ferilli.

Sinopsis: En un bar llamado “The Place”, un hombre sentado siempre en la misma mesa ve entrar y salir a diez personajes, todos los días a todas horas, que vienen a hablar con él. Él les da indicaciones sobre cómo satisfacer los propios deseos; de hecho, estipula con ellos un auténtico contrato. Ser más hermosa, pasar una noche con una estrella porno, salvar al hijo, recuperar la vista y encontrar a Dios son solo algunos de los deseos que los varios personajes exponen al hombre del bar.